Premios Soberano 2018 se reivindica como la premiación más importante de la República Dominicana, con una gala que la sitúa como la más destacada y trascendental de toda el área del Caribe. En esta oportunidad, su principal auspiciador, la Cervecería Nacional Dominicana (CND), depositó su confianza e hizo posible que un productor fuera de los tradicionales se responsabilizara de su principal evento dedicado al arte nacional. Ese es el caso de Alberto Zayas, muy reconocido por sus diversas producciones en espectáculos artísticos y televisivos.
El hecho de la CND contrató al también productor Guillermo Cordero en la producción artística de la gala, evidenciaba cierta timidez para que Zayas también fuera el responsable de esa parte (contrario a los productores generales que le precedieron). No obstante, eso permitió a que Zayas se concentrara más en los demás aspectos de una producción de por sí compleja, mientras que Cordero canalizó toda su energía en su su fortaleza principal: coreografías, montajes de espectáculos musicales y homenajes.
Como evento de gala, Premios Soberano 2018 logró reducir significativamente los márgenes de errores habituales en este tipo de premiaciones (técnicos y logística), dándole mayor brillo o destaque a cada una de sus secciones. Se mostró rigurosidad justificada y bien manejada del tiempo destinado para que los ganadores hablen en el escenario, así como un fluido y dinámico despliegue de los VTR que mostraban los premios entregados en diferido.
Aunque la voz en off no reflejaba la autoridad que amerita un evento de esta naturaleza, tuvo un buen desempeño y acorde con los elementos gráficos diseñados para la ocasión.
En esta oportunidad la conducción recayó sobre los comunicadores Roberto Angel Salcedo y Nashla Bogaert, quienes tuvieron buena química en escena y mostraron destacada profesionalidad en cada una de sus intervenciones. Cada uno, con sus características particulares, demostró pleno dominio sobre el escenario y con una dinámica ágilmente libreteada.
Después de la ceremonia, tal como en los últimos años, se efectuó el esperado After Party, que este año cambió de empresa patrocinadora y encargada de su realización. Tal como la Alfombra Roja y la gala, el mismo fue transmitido inmediatamente al concluir los premios, con una transmisión en vivo a través de Telemicro. En años anteriores este apartado de la premiación se transmitía días después de la gala y sujeto a un proceso de post-producción que controlaba su duración y cualquier contratiempo.
A nivel televisivo, la innovación de transmitir este After Party en vivo y sin límite de tiempo, experimentó inicialmente problemas técnicos no previstos y que pueden disculparse en alguna medida al tratarse de una primera ocasión en que se quiere difundir de esta manera. Los que asistieron a esta celebración que concluyó a altas horas de la madrugada, experimentaron experiencias que paulatinamente irán mejorando en la medida de que el nuevo patrocinador perfeccione su manera de operar y acumule experiencia.
Como en toda gala de esta naturaleza, hay inconformes con los resultados que arrojaron ganadores y perdedores, pero esos detalles debatibles siempre posteriormente, fueron opacados por un evento bien realizado, a cargo de un equipo técnico y de producción comprendido por veteranos en sus respectivas áreas.
Este evento perteneciente a la Asociación de cronistas de Arte (ACROARTE), igualmente se destacó por las incorporaciones de nuevos renglones que ameritaban su inclusión dado el crecimiento de diferentes áreas de espectáculo local, entre ellas el cine. Sin embargo, debe sincerarse y plantearse la exclusión de otros renglones que hacen más daño que bien al gremio y a los premios en sí. Igualmente se amerita urgentemente que se revisen los estatutos de la institución y definan algunos puntos cruciales para una justa evaluación con miras a nominaciones y ganadores.
En conclusión, Premios Soberano 2018 se lució como un evento bien realizado, que motiva a reflexionar sobre seguir dando mayores oportunidades a buenos productores y talentos que han sido relegados a un segundo plano, en beneficio de habituales protagonistas en esas áreas. También, obliga en alguna medida a los miembros de ACROARTE, tomar acciones para “corregir lo que está mal” y “mejorar aún más lo que está bien”. FM
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