jueves, 22 de agosto de 2019

Jochy Santos vs. Telemicro & Enlatados

A propósito de la salida de Jochy Santos y su programa Divertido de Telemicro, son muchos los sectores que hacen fuertes críticas sobre ese canal de televisión, siendo en muchos casos más sentimentales que realistas ante la situación. Critican agriamente el hecho de que películas tienen más preferencias que el referido espacio, el que independientemente de su buena calidad y aceptación, terminó siendo desplazado por estos enlatados.

Ciertamente Jochy Santos no recibió el trato que ameritaba una figura de su nivel cuando insistió en mover el horario de su programa Divertido al horario nocturno (decisión que erróneamente muchos creen fue decisión del canal). El hecho de las irregularidades que provocaron el inicio tardío del programa en dos ocasiones y la posterior causa que impidieron la salida de la siguiente entrega, debió tratarse con más ética ante la opinión pública. Como se ha manejado todo da la impresión equivocada de que Telemicro acorraló a Jochy Santos para que abandonara esa planta televisora, algo que no es así.

Finalmente Santos tiene ahora la libertad de escoger una oferta programática que le permita el puntual horario nocturno que por mucho tiempo ahneló tener, aunque tal vez sin el importante repunte que tenía su programa en Estados Unidos a través de la señal de Telemicro Internacional.
Por su parte, Telemicro tiene ahora la libertad de transmitir sin mayores presiones su bloque dominical de películas, cuya variable duración no afecte a los espacios que le preceden. Y ese es precisamente el punto, desde hace décadas la estructura programática de ese canal está diseñada para la transmisión y aceptación popular de películas, entre otros enlatados. No importa que se trate del programa local de mejor producción, cualquier enlatado de mediana o alta calidad marcará puntajes más altos de cara a los ratings.

Es muy importante tener en cuenta, que la preferencia gerencial de enlatados por encima de producciones locales es algo cíclico, realidad que siempre sale a flote cuando merman los niveles de facturación. Ningún canal soporta más tiempo del necesario un arrendamiento o asociación con un programa local cuando su nivel de facturación no resulta como se esperaba o cuando tiene un comportamiento descendente en ese sentido. Esta realidad no es exclusiva de República Dominicana, sucede en todas partes.

Si nos remontamos décadas atrás, recordaremos a los fallecidos Freddy Beras Goico y a Rafael Corporán de los Santos, entre otros contemporáneos, quienes no tuvieron otra opción que rendirse ante la realidad que suponía ser la preferencia de publicitarias por colocar mayor nivel de colocaciones en los materiales enlatados (telenovelas y películas).

Constantemente esos legendarios personajes criticaban amargamente esa competencia que identificaban como “dispareja”, ya que mientras ellos tenían que hacer grandes gastos pagando a canales, personal, producciones y demás, los gerentes de canales de la competencia pagaban mucho menos contratando enlatados cuyo retorno regresaba rápidamente y con grandes beneficios. Esa ha sido una constante que desde siempre se ha repetido y seguirá sucediendo mientras exista el modelo de negocio de la televisión actual.

No importa el auge cada vez más ascendente de los streamings y OTT, la televisión local seguirá operando y explotando sus cualidades más básicas. Muchas de ellas han entendido el concepto de la convergencia, y han integrado en sus modelos de negocios la sinergia entre streaming, VOD, OTT y la propia producción exclusiva de esos canales.

Los programas de televisión que se resisten a este proceso evolutivo del negocio audiovisual, independientemente de sindicación o no, deberán seguir dependiendo de las decisiones gerenciales de los canales de televisión, ya que esas son empresas privadas que tienen total libertad de tener en sus franjas programáticas lo que entiendan es más rentables para ellos. De no aceptar esa realidad, deberán comprar sus propias plantas televisoras o colocar sus espacios en plataformas exclusivas como YouTube, entre otras.

Lo que sí debe primar en la industria televisiva local es un nivel de equilibrio que permita operar con mayor libertad a las producciones locales, donde no se sientan asfixiados por las indiferencias de las centrales de colocaciones y publicitarias. Igualmente ese equilibrio debe estar sustentado por propuestas de calidad que evidencien un crecimiento técnico, creativo y de contenido de esos programas locales.

Los enlatados siempre estarán ahí, con calidad y aceptación más que comprobables, por lo que es una pelea absurda tratar de delegar a un segundo plano ese tipo de contenido, en beneficio de las producciones locales. Esta aseveración no incluye a los canales de TV cuya mayoría de horas o total contenido, siempre han sido propuestas locales (la identidad de esos canales nunca han dependido de ningún tipo de enlatados y en algunos casos sólo han sido complementos). FM

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